El día 29 de octubre tuvo lugar la presentación oficial del nuevo Documento Básico HE Ahorro de Energía del Código Técnico de la Edificación en el Centro de Estudios de Técnicas Aplicadas del CEDEX en Madrid. Esta actualización está vigente desde la aprobación de la Orden Ministerial 1635/2013 que se publicó en el Boletín oficial del Estado el 12 de septiembre de este año y es consecuencia de la adaptación normativa necesaria a las diferentes directivas relativas a la Eficiencia Energética aprobadas desde la entrada en vigor delCódigo Técnico de la Edificación.
las principales claves del nuevo Documento Básico de Ahorro de Energía, parten de la idea
fundamental de una nueva exigencia: el consumo de energía primaria que se establecerá con un indicador numérico, kWh/m2 año, cubierto por fuentes de energía renovables de acuerdo a unos
niveles óptimos de rentabilidad.
La nueva actualización pretende enfocarse a una normativa más prestacional en la que se fijan los objetivos finales pero no la manera de conseguirlos, lo que da mayor flexibilidad al proyectista y se favorece la innovación. Los criterios de evaluación de las prestaciones son más objetivos y claros de forma que sea más fácil su compensación y la comprensión por parte del usuario.
Se establecen unos procedimientos generales y simplificados para evaluar el consumo de forma explícita y desaparecen los métodos simplificados basados en condiciones prescriptivas sobre los elementos. Por ejemplo, se establecen valores orientativos de los parámetros característicos de la envolvente térmica de carácter orientativo, sin valor reglamentario obligatorio.
Otro de los aspectos más relevantes de la modificación del nuevo DB Ahorro de Energía del CTE es la diferente aplicación en lo que se refiere a la edificación existente donde se establecen tres criterios diferenciados:
En cuanto a la incorporación de las Energías Renovables, la reglamentación se hace también más flexible, al establecerse únicamente un consumo máximo de energía primaria no renovable, permitiendo flexibilidad, no marcando el camino para conseguirlo. Además de la flexibilidad, con esos indicadores numéricos (emisiones de CO2 y consumo de kWh) se produce mayor convergencia con los valores numéricos que se utilizan para el cálculo de la Certificación Energética de los Edificios, otro de los objetivos que se pretendían con la actualización de la reglamentación.
Fuente: Construible
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