A raíz del pasado Día Internacional de la Eficiencia Energética, todo indica que nos queda mucho camino por recorrer, principalmente en nuestras viviendas, cuyo consumo supone el 17% de la energía total que consume el país.
Éste dato por sí sólo no es ni bueno ni malo, ni mucho ni poco. Ahora bien, para ponerlo en su justa dimensión tenemos que tener en cuenta tres notas importantes:
Ello hace que nos situemos a la cola de la eficiencia energética en Europa.
Europa, en este sentido, viene con grandes exigencias, obligando a realizar auditorias energéticas, e implantar sistemas de gestión energética, obligando a renovar en los edificios públicos un 3% todos los años.
Una de las claves para mejorar esta pérdida energética es la mejora de la envolvente energética: las fachadas, ventanas, y cubiertas, fundamentalmente. En el ámbito industrial, dado que el consumo energético es una de sus variables de costes más importante, este parámetro suele estar bien controlado.
Opinamos
Los datos están ahí y, que la calidad en eficiencia energética de nuestro parque inmobiliario no es la mejor, es tan evidente y constatable como echar la vista atrás y ver las malas praxis constructivas de que hemos hecho gala, pero sí que hacemos algunas reflexiones:
Mucho camino y difícil por las inversiones que requieren y el largo periodo de amortización de las mismas.
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