El invento data del año 2002, cuando los frecuentes cortes del suministro de electricidad llevaron a Alfredo Moser, un mecánico residente en Uberaba, en el sur de
Brasil, a diseñar un sistema de iluminación que funciona mediante la refracción solar.
Moser abrió en el techo de su vivienda un hueco, donde colocó botellas de plástico con agua y cloro. Posteriormente las fijó con resina de poliéster.
Según el inventor, un ingeniero midió la intensidad de la luz resultante, con niveles de entre cuarenta y sesenta vatios. Las botellas deben estar limpias y son
necesarios dos tapones de cloro para evitar que el agua se ponga verde.
Las denominadas Lámparas Moser se utilizan en países como Filipinas, India, Bangladesh o Tanzania. Fundaciones como MyShelter o Liter of Light (Litro de Luz, en
España) promueven este sencillo y barato sistema de iluminación.
Fuente: icandela
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