La luz blanca nos da una sensación de mayor seguridad al poder distinguir mejor los objetos o personas (reconocimiento facial) y es más valorada en zonas comerciales
o de gran tránsito.
No emiten radiación IR ni UV: muy útil en aplicaciones donde se debe evitar la decoloración o calentamiento de los objetos iluminados (museos, galerías de arte,
joyerías, etc.).
Permiten gran número de encendidos (depende de la electrónica usada) lo que los convierte en la elección adecuada para utilizar junto a detectores de
presencia.
Encendido instantáneo (más rápido que en lámparas incandescentes): puede ser interesante en aplicaciones como las luces de freno de los coches.
Pueden trabajar a baja tensión, lo que ofrece mayor seguridad.
No contienen mercurio.
Revolución en el sector
Esta tecnología está revolucionando el sector de la iluminación, existen grandes expectativas y en pocos años se va a usar más que las fuentes de luz tradicionales
en nuevas instalaciones. Ello conlleva la aparición de cierto intrusismo en el mercado que intenta obtener un beneficio económico sin tener en cuenta muchos aspectos imprescindibles para una
correcta iluminación. En el mercado se puede encontrar todo tipo de productos LED para múltiples aplicaciones, pero solo se conseguirá un buen resultado lumínico si los productos utilizados
cumplen con las normativas y requerimientos técnicos necesarios.
Para obtener una buena solución lumínica, se ha de tener en cuenta todo el sistema. Resulta fundamental la realización de un estudio exhaustivo de todo.
La tecnología LED está tomando protagonismo en el alumbrado público, especialmente en países donde el coste del kWh es muy elevado o tienen interés en promover
soluciones eficientes por motivos éticos y ecológicos.
Los fabricantes de luminarias para alumbrado público pueden optar por usar los LEDs según diferentes configuraciones:
Hay desarrollos tridimensionales muy sofisticados donde se estudia la distribución fotométrica de cada LED en combinación con las ópticas más adecuadas o sistemas de reflexión complejos. Los
diseños pueden ser espectaculares y muy novedosos.
También se pueden encontrar matrices de LEDs planas, mucho más fáciles de integrar y modificar para las diferentes aplicaciones. Los LEDs pueden incorporar lentes primarias o secundarias (suelen
ser asimétricas).
Otra opción consiste en utilizar módulos LED, que incorporan sistemas ópticos y en ocasiones disipadores térmicos, pensados para facilitar su instalación y posible reposición en un futuro. Es una
buena alternativa para fabricantes de luminarias que no disponen de personal cualificado para la fabricación de productos LED a medida y para los responsables del mantenimiento.
Existen luminarias que tienen en cuenta el poder ofrecer una solución en caso de fallo o necesidad de reposición al cabo de un tiempo. Se pueden usar sistemas de placas de fácil
sustitución.
El rendimiento de los LEDs está mejorando y una vez instalados sufre modificaciones (por cambios de temperatura, depreciación de flujo luminoso, aumento de potencia, etc.). En una
instalación es posible fijar un nivel lumínico con una potencia inicial inferior, con el fin de ir aumentando para compensar la depreciación que se produce. Tiene la ventaja de que las nuevas
generaciones de LEDs se pueden adaptar a ese nivel inicial, con menor consumo.
Otro aspecto importante es la tonalidad. Se ha mejorado considerablemente la homogeneidad de los LEDs y gracias a la electrónica se consiguen soluciones que garantizan mínimas variaciones en la
temperatura de color, aunque en la mayoría de aplicaciones de alumbrado público no es un factor tan crítico.
Pero en un proyecto de iluminación no basta con instalar productos fiables para obtener un determinado rendimiento lumínico, pues también es necesario un gran conocimiento luminotécnico para
alcanzar el objetivo deseado. Es básico que el proyectista conozca qué se desea conseguir y cuáles son los factores más decisivos para poder ofrecer la mejor solución en cada caso.
La tecnología LED puede ser muy interesante en muchas aplicaciones, pero debemos usarla con sentido común y siendo conscientes de todas las consideraciones que implica para evitar problemas por
un uso inadecuado o una mala instalación.
Tecnología OLED
También hay que estar atentos a la tecnología OLED. Importantes empresas ya están haciendo grandes inversiones para el desarrollo de nuevos productos OLED. Un OLED se
compone de capas de materiales orgánicos entre un cátodo y un ánodo.
Mientras que un LED es una fuente de luz puntual, con OLED conseguimos una superficie extremadamente fina iluminada.
Principales características de los OLED:
Área luminosa difusa muy fina, sin deslumbramiento.
Permite diseños de extremada delgadez. Nuevas oportunidades para diseños innovadores.
Luz blanca de alta calidad: actualmente se trabaja con un Ra superior a 80 y en el futuro se podrán conseguir valores superiores a 90.
Vida de unas 5.000 h (va a aumentar en el futuro).
Baja tensión.
Encendido instantáneo.
No contienen mercurio.
No es necesaria una gestión térmica.
Alta eficacia luminosa:
30-45 lm/W actualmente
>80 lm/W en laboratorio
>100 lm/W en el futuro
Se pueden conseguir diferentes tonalidades.
Existen versiones que permiten obtener luz al estar conectadas y aspecto de espejo o transparente cuando se desconectan.
Se está comenzando a investigar en versiones flexibles.
Se presenta un futuro apasionante en el sector de la iluminación gracias a los continuos avances en las tecnologías LED y OLED. Conviene actualizarse y estar preparados para poder sacar el máximo
partido a todas las ventajas que nos ofrecen.
Fuente: http://www.icandela.com/es/notices/2012/12/tecnologia_led_y_oled_gran_potencial_de_ahorro_de_energia_922.php#topBody
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