Se vive en edificaciones que derrochan energía, contaminan el medio ambiente y obligan a pagar facturas cada vez más altas. Por ello, la Unión Europea exigirá a partir de 2020 que las nuevas construcciones garanticen la calidad de vida sin apenas gastar energía y que esta sea renovable. Los edificios de energía casi nula cumplen estas condiciones y serán cada vez más comunes. En este artículo se ofrecen los siguientes contenidos: Edificios de energía casi nula: una buena inversión; Ejemplos destacados de edificios de energía casi cero; y Cómo conseguir un edificio de energía casi nula.
En la actualidad, los edificios gastan un 40% de toda la energía demandada en Europa y el consumo energético se podría disparar en los próximos años. Conscientes de los negativos impactos medioambientales y económicos de dichos datos, los responsables de la Unión Europea exigirán a partir del 31 de diciembre de 2018 que todas las contrucciones públicas (dos años después el resto de nuevos edificios) tengan "un nivel de eficiencia energética muy alto" (Directiva 2010/31/UE).
"Los edificios de consumo de energía casi nulo son un paso fundamental para este objetivo", señala Inés Leal, arquitecto y directora de Construible. Estos edificios ofrecen el confort necesario con un muy bajo consumo de energía, que obtienen de fuentes no contaminantes como la solar, la eólica o la biomasa. Según Leal, si todos los edificios y viviendas fueran así, las ciudades serían más habitables, más limpias y los ciudadanos tendrían una mayor calidad de vida. La pobreza energética desaparecería y España sería menos dependiente de la energía del exterior. La economía mejoraría y se crearía empleo local.
La directora de Construible explica que se trata de cambiar la mentalidad actual y pensar en los edificios como una inversión a largo plazo: "ver cuánto ganamos a través de los ahorros y de nuestra calidad de vida". Además, razona, "una vivienda sin altas prestaciones energéticas tal vez no será competitiva cuando la queramos vender en el futuro".
Algunos Estados miembros trabajan para adelantarse incluso a la obligación europea. Dinamarca ya ha adaptado la directiva comunitaria a sus peculiaridades, y se espera que otros países, incluida España, hagan lo mismo este año. En Francia todos los edificios residenciales tendrán un límite de consumo de energía primaria de 50 KWh/m2/año (media del país) a partir de 2013. En Bruselas, las nuevas consutrcciones deberán ser de energía casi cero a partir de 2015. Para ello adoptarán el estándar Passivhaus, de obligado cumplimiento en los inmuebles públicos de ciudades como Frankfurt o Hannover.
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